Internet y las redes sociales han cambiado el modo de viajar: hoy tenemos información al alcance de la mano, cuándo y dónde la queramos, y la podemos compartir al instante con gente de todos los lugares. Esto hace posible una manera nueva y mejor de viajar e intentamos expresar este sentimiento con palabras.
Así han surgido los diez puntos del “Manifiesto de tripwolf“:
1. No somos turistas, somos viajeros
Cuando llegamos a nuestro lugar de destino nos sumergimos en el ambiente y la vida del lugar. No somos paseantes en un parque de atracciones, no queremos turismo en conserva, no vamos tachando monumentos vistos de una lista. Buscamos vivencias reales, experiencias auténticas con gente del lugar. Participamos en la vida de la calle – y luego seguimos viajando.
2. Internet es nuestra herramienta más importante
Internet nos ayuda a llegar y sumergirnos en cualquier lugar del mundo. Obtenemos información y contactos de la red, más allá de cualquier frontera. A través de amigos y amigos de amigos conocemos el mundo entero, obtenemos mejores consejos -de gente del lugar- que los que obtendríamos de otros consejeros de viaje que no pueden seguir el ritmo constante de cambio de cada destino. Hemos comprobado que con la ayuda de la red se viaja mucho mejor que antes.
3. Viajamos directa e independientemente
No necesitamos agencias de viajes, ni ofertas de todo incluido, ninguna ruta prefabricada de una guía de viaje, ninguna guía que nos enseñe fotos de postal de los lugares y nos quiera llevar por el camino señalado. Creamos nuestros planes de viaje nosotros mismos – y nos dejamos llevar por recomendaciones de tú a tú.
4. Los amigos son la llave a nuestros destinos de viaje
A través de las redes sociales tenemos conocidos en cada esquina del mundo. Sabemos como establecer contactos antes de llegar: tanto en un bazar en Teherán como en los Andes Peruanos, a través de la red encontramos a iguales que nos cuentan personalmente los secretos de sus lugares de origen y que se convierten en amigos verdaderos. Cuando nos vamos, cuidamos estas amistades a través de intenet, más allá de franjas horarias y continentes. Nuestra red de contactos es cada vez más grande.
5. Somos misionarios de internet
No nos molesta que en nuestros portátiles y teléfonos móviles haya un poco de polvo de la calle. Siempre los llevamos en el equipaje. Sabemos además que en cada esquina, desde Marruecos a Vietnam, hay internet-cafés. El acceso gratis a internet lo vemos como derecho básico para todas las personas. Por eso solemos ir a hoteles y cafeterías con WIFI gratis y boicoteamos a aquéllos en los que hay que pagar extra por el acceso a internet.
6. Viajar es para nosotros una actitud de vida
Para nosotros el viaje comienza justo al lado de casa, en una calle de nuestro barrio por la que no hemos pasado nunca con los ojos bien abiertos. Sabemos que viajar tiene poco que ver con las distancias recorridas, y mucho con la curiosidad y las ganas de descubrir todo, como los niños. Da igual lo lejos que viajemos: las ilusiones por lo nuevo y nuestras mentes abiertas las llevamos siempre en el equipaje.
7. En el lugar de destino nos adentramos en todos los niveles
Nos sumergimos totalmente en nuestro destino: queremos ver, oír, oler, saborear, sentir y sobre todo entender. Somos conscientes de que el conocimiento y la cultura general son la llave para todo ello. Mejor escuchamos las explicaciones de un trabajador de una ONG en un barrio de Mumbai, que estar sentados en un autobús que lleva a turistas despistados por el centro de la ciudad.
8. No dejamos huella
Mientras viajamos nos adaptamos a las costumbres locales y respetamos los usos, tanto en una mezquita en Siria como en un bar de Nueva York. Sabemos que viajar también tiene un efecto negativo sobre nuestro planeta: desde la contaminación de un avión hasta el deterioro del frágil ecosistema. Nos esforzamos por no dejar ninguna huella ecológica y, si es inevitable, lo compensamos con medidas beneficiosas.
9. Crecemos con nuestros viajes
Hemos aprendido que viajar relativiza supuestas constantes. Quien, como nosotros, ha superado desafíos en otros lugares del mundo y aprendido nuevas maneras de ver las cosas, está mucho más relajado y es tolerante. Suponemos que incluso podríamos convertirnos en personas un poco más sabias, si vivieramos experiencias suficientes con personas de todo el mundo – ya sea viajando o por la red.
10. Documentamos nuestro viaje
Llevamos diarios de viaje, escribimos blogs y damos valoraciones, sacamos fotos y filmamos vídeos sobre nuestros viajes. Dejamos que la sabiduría se extienda por el mundo para que los tesoros que hemos descubierto sean compartidos con el siguiente viajero, con nuestros amigos: los nómadas digitales, los flashpackers, los viajeros tripwolf.